miércoles, 10 de agosto de 2011

Uno de la Belleza del Eterno Presente

Decimos adiós a este mes de la Alegría aunque no dejemos de estar con ella perennemente. Y justo lo hicimos celebrando el día del Amor, como cada día múltiplo de siete de cada mes, es como el viernes para los musulmanes, el sábado para los judíos o el domingo para los cristiagnósticos, con la diferencia de que esta celebración es para todos por igual, porque el Amor no es ningún dogma, ningún proyecto o ideología que precise de defensa, de soldados, de milicias... La Verdad está por encima de todos los militantes cuya razón de ser no puede ser otra que hacer apología de cualquier falsedad perfectamente disfrazada de certeza, tan perfecta que resulta una auténtica caricatura para aquellos que también lo son... Quiero decir, lo fueron, porque en el Eterno Presente sólo los verdaderos tienen sentido: las mujeres y hombres de mi tribu no entienden de mentiras porque son gentes felices que tienen el alma en las estrellas, justamente donde todos siempre la han tenido aunque la ignorancia de ello produjera tanto dolor en aquellas épocas que ya están muertas. Y es ese alma en las estrellas quien nos habla de la Belleza de la vida, la Belleza de abrazar nuestro Eterno Presente con Amor y Alegría. Precisamente estamos en el mes de la Belleza, en el mes de toda la Belleza porque toda ella cabe en este Ahora Infinito.

Jesús María Bustelo Acevedo

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