jueves, 4 de agosto de 2011

Veinticuatro de la Alegría del Eterno Presente

Este Mes de la Alegría nos recuerda que la Eternidad siempre sonríe, y lo hace con toda la fuerza de su Amor y en toda su Pureza. Una sonrisa es sin duda la mayor expresión de Belleza que cualquier ser vivo nos puede ofrendar, especialmente aquellos que no tienen boca. En el Eterno Presente los labios ya no saben ni pueden ni quieren expresar el sarcasmo y la malicia, eso y tantas otras cosas nocivas que erróneamente clasificaban en los tiempos humanos bajo la etiqueta de la risa o del humor; en el Eterno Presente no existe el cinismo, ese extraño artilugio con la que sin pudor alguno los fracasados expresaban sus propios tormentos hallando siempre en el prójimo el espejo de sí mismos. En el Eterno Presente no existe el fracaso, sólo el éxito y el triunfo de estar vivo en este maravilloso Paraíso, gozando del Amor, de la Alegría y del Placer de existir perennemente, esa vida infinita que no es ningún premio, ningún logro, ninguna corona ni ninguna fe, sino tan sólo una evidencia de nuestro Eterno Presente.

Jesús María Bustelo Acevedo

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