viernes, 6 de julio de 2012

Veintitrés del Amor del Dos del Eterno Presente

Nada se encuentra en el Eterno Presente, nada, porque no hay nadie que busque algo; encuentra quien busca, el infinito contrario de lo concreto que buscó. El Eterno Presente lo es todo y todos lo somos; todos somos. No es una victoria, un destino, una consecuencia... Es el aire que respiras. No es una doctrina, una ideología, un catecismo... Es sólo el alma desnuda, la Inocencia: la verdad más poderosa. No hay buscadores en estos caminos ni hay caminos para los buscadores: sólo precipicios donde las alas juegan y revienta la ignorancia. No puede perder ni ganar, porque no sabe competir: compiten los mentirosos, sin que importe que les parezca que ganen o que sean derrotados: el telón cae y todo queda borrado para siempre. Entonces comprenden que están exiliados en un país que no existe... Que deben aceptar el gran castigo del placer, el placer de danzar sobre las ruinas del teatro del miedo, la alegría de saber que nada existe fuera del Amor.

Jesús María Bustelo Acevedo

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