lunes, 9 de julio de 2012

Veintiseis del Amor del Dos del Eterno Presente

Los caminos se abren hacia el Infinito, se separan para siempre... Y, sin embargo, se abrazan en la Eternidad. Ese es el misterio. La razón no lo puede comprender, porque sólo comprende lo perecedero. ¿Cómo interpretar la Verdad de la Vida con una herramienta tan pequeña como es lo racional? No se puede comer la sopa con un martillo. Mas aquellos mortales que lo intentaron hicieron un gran trabajo: dedicaron sus vidas a demostrar de manera fehaciente e irrefutable que no se puede comer la sopa con un martillo; gracias a ello, muchos descubrieron que es conveniente usar otro tipo de artilugio para desenvolverse con éxito ante tal desafío alimenticio. Es bueno mostrar gratitud ante aquellos que hicieron limpieza y prepararon el camino para el Profeta de la Alegría. No hemos derrotado a nadie con nuestras cucharas, simplemente queríamos comer. Pero la sopa de letras del tiempo ya no puede alimentarnos en el Eterno Presente. La flauta de Dios ya ha cantado su ternura y en ella están nuestros corazones en el último viaje: nacemos con él. Se abren los caminos, nos distanciamos, pero sabemos que en su música siempre estaremos juntos, disfrutando en Armonía.

Jesús María Bustelo Acevedo

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