miércoles, 9 de mayo de 2012

Veintitrés de la Ternura del Eterno Presente

Todo es mucho más sencillo, ya no hay laberintos que no conducen a ningún lugar... Y sin embargo, al mismo tiempo, es extremadamente complejo, sólo que se disfruta. "Quien mucho abarca, poco aprieta", dicen los moralistas. Mas todo un universo infinito cabe en una sola célula. La inocencia es sabia, porque no ha sido manipulada, ni programada, ni mancillada por los errores y frustraciones de quienes la han perdido. Inocencia es Sabiduría. En el Eterno Presente ya no hay seres marionetas que se niegan a sí mismos, que son manejados por los que igualmente lo son. La Libertad es romper con esos hilos, y el mayor de los obstáculos es el miedo. Si hay temor de abandonar la cárcel, no se precisan barrotes en esa prisión. Pero la Verdad nos hace libres, como dijo el poeta. La Verdad, esa que gana todas las batallas sin ningún soldado, sin armas, sin violencia, sin más argumentos que su pureza. La Verdad, la que siempre es inocente y sabe que nadie es culpable excepto quien quiera serlo. La Verdad, la que siempre rebosa en el corazón del Gran Creador, el Gran Músico, el Gran Artista, el Gran Ciudadano de esta República del Infinito en donde se armonizan todos los universos y pluriversos del Eterno Presente.

Jesús María Bustelo Acevedo

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