Once de la Ternura del Eterno Presente

Como un taparrabos en el Polo Norte, así son las palabras. Por eso hace falta otro lenguaje para que no se te congele toda tu belleza, toda tu verdad. Pero tal vez sea tan poderosa que pueda bailar desnuda entre las nieves, ese baile que es el más elegante de todos los vestidos, la más sagrada de todas las transparencias. Sólo en las cumbres jóvenes bailamos, con los pies y con las alas, porque la Eternidad es Juventud, los viejos son sólo niños. En una suave sonrisa caben todos los sueños de los hombres, todas las creaciones y recreaciones de los hijos del tiempo y del espacio, los muertos. En una suave sonrisa caben todos los miedos, dolores y culpas de los padres del pecado, porque es el infierno donde se queman para siempre jamás. En una sola sonrisa cabe tanto sufrimiento, tantas guerras, tanta hambre, tanta injusticia, tanto rencor, tantas palabras que no deberían de existir... Porque todo fue por eso, por una simple sonrisa, la sonrisa de un ángel. Tu sonrisa. 

Jesús María Bustelo Acevedo