lunes, 14 de mayo de 2012

Veintiocho de la Ternura del Eterno Presente

Ni la culpa ni el dolor ni el miedo que paraliza tienen lugar en el Eterno Presente de la Vida. En el Eterno Presenta tan sólo existe el Amor, lo cual es una perogrullada: Amor es sinónimo de Vida (A-mor = no muerte); es la afirmación en negativo de lo que en positivo afirma la propia Vida. Cuando la culpa, el miedo y el dolor se convierten en fantasmas que al hombre de la vieja era acosan y torturan, su único deseo es compartir este mal con quienes les rodean, sus seres queridos, aunque ni son seres ni son queridos cuando se les trata de esa manera. Cuando estos fantasmas aparecen, sólo hay que saber que los fantasmas no existen a menos que uno se los invente. Donde hay Amor, donde hay Vida, donde hay Fe, donde hay Ternura y Bondad, no puede haber nada que los contradiga.

Memorias del Eterno Presente de la Vida,

memorias del Eterno Presente del Amor,
verdad que el mundo ignora del Alma conocida,
que no entiende de culpa ni sabe del dolor.

Jesús María Bustelo Acevedo

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