¡El Amor es Riqueza para Todos y para Siempre! Así me dijo, y lo hizo con una enorme, tierna y hermosa sonrisa en sus labios suaves. Un ligero velo dejaba al descubierto toda su desnudez, era un velo de música, una preciosa música que sonaba fuera del tiempo... Y que sigue sonando en mi corazón, entre danzas, misterios, curvas y la sencillez de su angélica mirada y sus versos tan sonoros y divertidos:
Es el Profeta de la Alegría
que ríe cuando nos sermonea
con su alma pía, con su alma tea,
y la presea de su armonía.
Es el profeta que noche y día
goza perenne de la odisea
de esta aventura que bien emplea
con la soberbia de su valía.
Y en su Palabra, donde insinúa
ese otro mundo, esa otra rúa,
preciosamente, con poderío,
llena las almas de su ambrosía
y en los placeres los perpetúa...
¡Soy el Profeta de la Alegría!
Jesús María Bustelo Acevedo
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