Toda la ciudad se prepara para la Fiesta de Fin de Año y por todos los rincones de la República del Infinito se extiende una atmósfera de alegría, esperanza y afirmación. En la Gran Puerta lucen todos los colores engalanados, la pasarela del Arco Iris nos invita a danzar con las estrellas y todo es júbilo y entusiasmo en el Universo para recibir a este Segundo Año de la Era del Eterno Presente. Cuántos puentes nos llevan a la fiesta y cuánta belleza, elegancia y bondad en los caballos, en las aves, en los peces, en las personas, en los toros que libremente se pasean por la vida sin que nadie pueda hacerles daño. Verdaderamente esta sí es la gran feria de la Vida y del Amor, una feria que nunca empieza ni termina, donde la danza es el mejor de los caminos, donde los mortales ya no son mortales sino ángeles que saben expresar el paraíso que albergan sus corazones; creadores de un mundo infinito, transparente y amoroso, a imagen y semejanza de Dios. ¡Feliz Año Nuevo!
Jesús María Bustelo Acevedo
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