Hasta los Soles de otras galaxias han venido para sumarse a la fiesta; con humildad ejemplar, sustentan las jambas de la Puerta del Infinito por donde la tribu se pasea alegremente celebrando el Nuevo Año, el Año Segundo de la Era del Eterno Presente. Sí, los dioses nos limpian los pies y disfrutan con ello, como nosotros de su alegría y de las caricias del néctar que acompañan nuestros pasos. Pero los dioses, más que en nuestros pies, están en nuestros corazones, y en nuestras mentes, y en nuestras manos; allá donde están las semillas de nuestras creaciones, allá donde está nuestra Libertad, esa que sólo es libre en las manos del Amor. Porque todos somos dioses, excepto aquel que pretende hablar en el nombre de un único Dios... Evidentemente ése es el único demonio. Todos somos la Divinidad cuando vivimos en el Eterno Presente, en la verdadera Vida, en el Amor.
Jesús María Bustelo Acevedo
No hay comentarios:
Publicar un comentario