martes, 17 de abril de 2012

Uno de la Ternura del Eterno Presente

En esta maravillosa Era del Eterno Presente en la que nos encontramos, en este perenne baño de júbilo, de amor, de trabajo y de valor, porque sólo los valientes viven en la Eternidad; en este sintiempo aquí y ahora, que es siempre y en todos los lugares, como digo, todos somos voluntariosos creadores de un Mundo Mejor, éste en el que gozamos. Todos somos ese Padre y esa Madre nuestros que estás en los Cielos, porque en los Cielos están nuestros hijos. Los nombres son lo de menos, lo que importa es esa santidad que no puede expresarse, la ternura, la inocencia, la verdad del Amor. En este reino inmortal del pan compartido, del placer, de la autenticidad, donde nadie puede caer en la tentación de querer dejar de vivir en este Edén de la Alegría, con todos sus bienes, no hay más oración que vivir sonrientes y dichosos, con toda esa verdad, con todo ese poder, con todo ese mensaje que no puede expresarse en este idioma. Amén.

Jesús María Bustelo Acevedo

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