miércoles, 12 de septiembre de 2012

Siete de la Danza del Dos del Eterno Presente

Hola, Dorian, espero que te encuentres bien. Muchas gracias por tu carta, como siempre, muy aguda e inspirada. Dorian, el Sol de la Verdad tan sólo quema las mentiras (es decir, todo lo mortal). Su Luz que nos da la Vida no se destruye a sí misma. Nuestra Libertad es completa, benéfica e infinita, y ejercerla es rendir obediencia a Dios, ese es el gran misterio de la Vida. La percepción humana (mortal) torna malas muchas cosas que en su concepción, en su esencia verdadera, son siempre buenas, benditas, sagradas. Y así sucede con nuestra Libertad. Para los mortales todo es cuestión de tiempo, de tiempo y de espacio, pues es con esos valores con los que se identifican. Mas, identificados plenamente con lo eterno y con lo infinito, el tiempo ya no tiene ninguna razón de ser. En cuanto al Curso de Eternidad, tú mismo podrías escribir ese quinto capítulo, Dorian. Ya lo sabes, en los tiempos que corren todo es interactivo. La quinta lección, la Intericiencia, alude al saber interior que habita en cada persona, ese saber despojado de todo condicionante social. Escucha tu propia voz, tu propio silencio, porque en tu alma mora el auténtico maestro de la Verdad, el don de la Alegría y del Amor, el Eterno Presente de la Vida. Eso es todo. Haz siempre lo que verdaderamente quieras y nunca dejarás de ser feliz. Un abrazo. Hasta siempre. Laverhali.

Jesús María Bustelo Acevedo

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