domingo, 18 de diciembre de 2011

Veinte de la Magia del Eterno Presente

La Magia de la Vida está en su incomprensible fragilidad, como si nunca perdiera la inocencia vulnerable del recién nacido. Pues eso es la Vida, así es el Eterno Presente, un perenne recién nacido que jamás puede desprenderse de su integridad, de su Poder, ese Poder que está en su propia fragilidad. En el Eterno Presente no existe la inflexibilidad de lo rígido, ese credo impotente vestido de fortaleza de quien fue víctima del miedo no tiene ya cabida en este Paraíso. Pues en eso consistía la dureza: temor, pánico, impotencia, inseguridad, rencor... Sobre todo contra sí mismo, porque en sí mismo estaban los muros que le impedían abrazar amoroso la Magia de la Vida. Y la gran paradoja es que no hay ejército de hombres o de ideas que pueda exterminar la ternura y fragilidad de algo tan pequeño como una pizca de Amor, pues sólo ella es suficiente para abarcar la Eternidad entera.

Jesús María Bustelo Acevedo

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